Nuestro Diccionario de la lengua española, aunque en su más reciente edición (la 22a) no menciona el término blog, sí trae una interesante definición de cuaderno de bitácora como un término marino que significa "Libro en que se apunta el rumbo, velocidad, maniobras y demás accidentes de la navegación". Esto me ha parecido apropiadísimo como guía o Leitmotiv de lo que me propongo: reseñar mis reflexiones de larga y permanente data acerca del rumbo, es decir, el norte o haciadónde de los esfuerzos teóricos y prácticos adelantados en el empeño por ayudar a construir una América Latina, y particularmente una Venezuela, de la que, por decir algo, podamos sentirnos espontáneamente orgullosos sin necesidad de dar justificaciones o sentirnos obsesivos; en torno a la velocidad de los avances, retrocesos, logros y frustraciones alcanzados con tales esfuerzos, a lo largo de una variada gama de vivencias; sobre las maniobras o experiencias singulares acometidas en el mismo empeño; y también acerca de los accidentes sufridos u obstáculos enfrentados en esta singular navegación.
Puesto que buena parte de los esfuerzos de cambio adelantados en nuestro subcontinente parecieran inspirarse en la definición inversa, es decir, que subrayan por encima de todo la naturaleza de los enemigos o accidentes del cambio en América Latina, luego insisten en las maniobras tácticas para enfrentar a tales enemigos, luego, con mucho menor énfasis, en el avance de los procesos impulsados, hasta terminar desentendiéndose o no ocupándose con propiedad del rumbo o norte a seguir, al que se supone obvio o se bautiza con alguna gran palabra, da la impresión de que en tal coro no debería sobrar una voz empeñada en discutir antes que nada el rumbo de nuestras transformaciones.
La filosofía o principio inspirador del cuaderno será la que ya he querido resaltar con su título, que probablemente también será algún día el de un ojalá no tan extenso y no póstumo libro en el que he trabajado por tantos años de mi vida: Transformando nuestras capacidades, con lo cual quiero decir que he llegado a la conclusión de que el gran reto de los latinoamericanos para satisfacer las necesidades que soportamos, realizar las libertades que merecemos y asumir u obedecer las fraternidades que nos son inherentes como humanos, está en concentrarnos en la transformación de nuestras capacidades, abriendo un cauce para la convergencia superadora de las múltiples ideologías, talentos, destrezas, culturas, fuerzas sociales y recursos con que cuenta nuestra América, hoy atenazada entre el seguidismo y la subordinación a grandes fuerzas transnacionales versus el negativismo de quienes pretenden empezar la construcción de nuestras naciones desde cero.
No está claro, sin embargo, para el momento de escribir estas primeras líneas del cuaderno, como responder a las expectativas de quienes tanto me han aupado a difundir estas ideas, pidiéndome además que lo haga de manera breve y sencilla, o de lectores potenciales que querrán tener respuestas a las infinitas preguntas que pueden bullir en una mente despierta ante anuncios como los que anteceden, de nada menos que hacer aportes para la construcción de nuestra América Latina.
Sólo les pido un poco de paciencia, a sabiendas de que ello no es fácil, y una dosis de indulgencia o de beneficio de la duda, pues quizás sea exagerada o injustificadamente ambicioso lo que me propongo. Es probable que sobre la marcha y con la experiencia por ganar eche mano de otras herramientas, como publicaciones impresas, sitios adicionales o canales de comunicación en la red, o afines.
Pero mientras tanto, ya no soporto, y tampoco otros, no empezar el viaje o dejar de garabatear en este singular e impresionantemente accesible cuaderno de bitácora, en donde con palabras, sonidos, imágenes, diagramas y qué se yo intentaré comunicarme con mis quién sabe cuantos destinatarios. Seguiremos en contacto. En cualquier caso nunca olviden que los quiero mucho.
martes, 28 de abril de 2009
viernes, 24 de abril de 2009
Acerca de este blog o cuaderno de bitácora (I)
Aunque la idea de publicar weblogs o, abreviada y comunmente, blogs es relativamente reciente y casi una moda, al punto de que el término no aparece todavía en nuestros diccionarios usuales y tampoco tiene una traducción estandarizada, no sobra decir que la práctica de los cuadernos de apuntes o diarios no es nada nueva y está, cuando menos, hondamente arraigada en nuestra cultura.
En lo personal, la práctica de escribir diarios, apuntes o cuadernos de notas es prácticamente un instinto que me ha acompañado desde que era un niño, y a ella le debo innumerables satisfacciones, aunque también terribles frustaciones, de las que hablaré en alguna otra oportunidad. Y algo parecido me ha ocurrido con la fotografía, que ha sido como un segunda manera de expresarme y tomar notas, pues durante cuatro décadas me ha brindado hondos goces, mas también sinsabores y sensaciones de impotencia, sobre todo desde que andar con un equipo fotográfico sofisticado por las inseguras calles de la mayoría de ciudades de América Latina se convirtió en una aventura más riesgosa que cualquier safari africano.
Para complicar más el asunto, también a menudo me he sentido desadaptado en la cultura estamental y disciplinaria imperante: demasiado "poeta" para muchos amigos científicos e ingenieros y demasiado "racional" para amigos humanistas y artistas, peligrosamente "político" para numerosos pares de clase media e insoportablemente "pequeñoburgués" para proletarios y gente de los barrios, con una trayectoria indigeriblemente "radical" para tecnócratas y a menudo con relaciones sospechosamente "tecnocráticas" para militantes ortodoxos de izquierda. Cuando he intentado establecer relaciones con distintos editores y directores de medios de comunicación ha sido usual que no termine de ser lo que les gustaría que fuese, y me ha quedado la sensación de que, al aceptar sus pautas y en el contexto del resto de sus mensajes, lo que quiero decir quedaría irreversiblemente desvirtuado.
Así las cosas, la necesidad de divulgar o comunicar tantas cosas pensadas, escritas o fotografiadas fue, sin embargo, agigantándose en mí, hasta que de pronto, con estos medios de comunicación social a través de la web, se ha presentado una oportunidad que ya no puedo dejar pasar. Estos nuevos medios, que recién comienzan a desafiar el poderío de los medios de comunicación centralizados, de manera análoga a como hace poco más de dos décadas los microcomputadores desafiaron el monopolio de los centros tradicionales de procesamiento de datos, ofrecen oportunidades de comunicación nunca antes soñadas. Todo ha ocurrido como si fuese ahora o nunca que tengo que empezar la labor de divulgar, compartir y enriquecer tantas ideas elaboradas no en un ambiente académico, en donde nunca quise estar, sino en conexión con un amplio conjunto de proyectos, iniciativas y acciones de variada índole.
Por lo que antecede, me empeñaré en publicar, "postear" o "colgar" los artículos del blog todos los martes y viernes de cada semana a partir del próximo primero de mayo, salvo ediciones extraordinarias o cambios que anunciaré oportunamente a mis potenciales lectores. Espero que muchos puedan disfrutar la experiencia que ya comienza a deleitarme, aunque debo confesar que también estoy emocionalmente prevenido, cual "picado de culebra ante bejuco", para afrontar las amenazas y riesgos que intuyo aparecerán.
A quienes decidan acompañarme en esta experiencia comunicacional les doy mi fraternal bienvenida y mi anticipado agradecimiento por el apoyo que me puedan brindar.
En lo personal, la práctica de escribir diarios, apuntes o cuadernos de notas es prácticamente un instinto que me ha acompañado desde que era un niño, y a ella le debo innumerables satisfacciones, aunque también terribles frustaciones, de las que hablaré en alguna otra oportunidad. Y algo parecido me ha ocurrido con la fotografía, que ha sido como un segunda manera de expresarme y tomar notas, pues durante cuatro décadas me ha brindado hondos goces, mas también sinsabores y sensaciones de impotencia, sobre todo desde que andar con un equipo fotográfico sofisticado por las inseguras calles de la mayoría de ciudades de América Latina se convirtió en una aventura más riesgosa que cualquier safari africano.
Para complicar más el asunto, también a menudo me he sentido desadaptado en la cultura estamental y disciplinaria imperante: demasiado "poeta" para muchos amigos científicos e ingenieros y demasiado "racional" para amigos humanistas y artistas, peligrosamente "político" para numerosos pares de clase media e insoportablemente "pequeñoburgués" para proletarios y gente de los barrios, con una trayectoria indigeriblemente "radical" para tecnócratas y a menudo con relaciones sospechosamente "tecnocráticas" para militantes ortodoxos de izquierda. Cuando he intentado establecer relaciones con distintos editores y directores de medios de comunicación ha sido usual que no termine de ser lo que les gustaría que fuese, y me ha quedado la sensación de que, al aceptar sus pautas y en el contexto del resto de sus mensajes, lo que quiero decir quedaría irreversiblemente desvirtuado.
Así las cosas, la necesidad de divulgar o comunicar tantas cosas pensadas, escritas o fotografiadas fue, sin embargo, agigantándose en mí, hasta que de pronto, con estos medios de comunicación social a través de la web, se ha presentado una oportunidad que ya no puedo dejar pasar. Estos nuevos medios, que recién comienzan a desafiar el poderío de los medios de comunicación centralizados, de manera análoga a como hace poco más de dos décadas los microcomputadores desafiaron el monopolio de los centros tradicionales de procesamiento de datos, ofrecen oportunidades de comunicación nunca antes soñadas. Todo ha ocurrido como si fuese ahora o nunca que tengo que empezar la labor de divulgar, compartir y enriquecer tantas ideas elaboradas no en un ambiente académico, en donde nunca quise estar, sino en conexión con un amplio conjunto de proyectos, iniciativas y acciones de variada índole.
Por lo que antecede, me empeñaré en publicar, "postear" o "colgar" los artículos del blog todos los martes y viernes de cada semana a partir del próximo primero de mayo, salvo ediciones extraordinarias o cambios que anunciaré oportunamente a mis potenciales lectores. Espero que muchos puedan disfrutar la experiencia que ya comienza a deleitarme, aunque debo confesar que también estoy emocionalmente prevenido, cual "picado de culebra ante bejuco", para afrontar las amenazas y riesgos que intuyo aparecerán.
A quienes decidan acompañarme en esta experiencia comunicacional les doy mi fraternal bienvenida y mi anticipado agradecimiento por el apoyo que me puedan brindar.
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