martes, 15 de junio de 2010

¿Por qué una perspectiva sistémica, histórica y latinoamericana?

Tan insistentes se han vuelto ciertas críticas de algunos lectores del blog en torno a los enfoques utilizados y los temas tratados, que no me ha quedado más remedio que dedicarle algunas líneas a defender el sentido y alcances de lo que aquí se está haciendo. No sin antes anunciar, sobre todo para seguidores que parecieran tener relojes biológicos con un tictac diarreico y podrían desesperarse ante las supuestamente limitadas referencias al día a día de la política venezolana, que en el próximo mes de julio, y tal vez en al menos parte de agosto y septiembre, el blog se concentrará en examinar la situación, la coyuntura y hasta el momento político nacional, con abundantes consideraciones sobre las perspectivas de las próximas elecciones parlamentarias y en torno a los más diversos aspectos de las posiciones del actual gobierno y su máximo líder.

(Aunque la verdad sea dicha es que no tengo muchas esperanzas, y quizás ni ganas, ni estómago, ni paciencia... para complacer a quienes, desde bandos antagónicos, pretenden ver monocromática y linealmente, o sea en rayas o mitades blancas y mitad negras, dibujadas desde la óptica de cada quien, a un mundo al que no logro percibir sino resueltamente policromático y multidimensional. También debo añadir que, pese a que llevo ya mis millas voladas en materia de coexistencia con sectarismos de variados pelajes, jamás había atestiguado una polarización tan extrema como la que vive ahora el país: la mayoría de periódicos digitales han terminado, ante la cantidad de groserías e insultos expresados por los lectores, por suprimir los comentarios. Y, en lo que me toca, si bien no han sido muchos los sinsabores a este respecto, algo me dice que a medida en que el blog se involucre más en la hiperpolarizada escena política nacional, también subirán de tono los ataques y reclamos de lectores irritables, y ojalá que no haya que tomar decisiones ingratas como las de suprimir los anónimos, diferir y filtrar la salida de comentarios, o hasta restringir el acceso al blog... Mientras tanto, y pese a que pretendo seguir aproximadamente fiel a mi reciente disposición a no abordar aquí cuestiones lindantes con lo personal, debo admitir que ya no me alcanzan los dedos de ambas manos para contar los buenos amigos y amigas que se han alejado pues me acusan, unos, de chavista vergonzante, y, otros, de antichavista agazapado, sin que se puedan precisar cuáles son los pecados intelectuales o ideológicos que he cometido. Todo sugiere que la lealtad o la arrechera incondicional con el susodicho se ha convertido en la balanza evaluadora de las posiciones políticas, cuando no de las condiciones morales...).

Frente a la amenaza del cretinismo intelectual que cunde como epidemia aun en muchas de las mentes venezolanas más cultivadas, y nada más que con el ánimo de ser efectivo, ordenaré en siete puntos mis ideas acerca de por qué no sólo es importante sino indispensable una mirada amplia, a la vez latinoamericana, y al menos sistémica e histórica, a los problemas de nuestros países y a la búsqueda de soluciones pertinentes, en contraste con las miradas aislacionistas y determinísticas que tanto han dado en abundar en nuestros lares. También argumentaré acerca de por qué es importante, a condición de que no se vuelva un recurso estigmatizante o unas gríngolas limitadoras, la distinción entre izquierda y derecha en el análisis de los problemas políticos latinoamericanos.
  1. Necesidad de un enfoque sistémico. Tanto en el mundo científico como en el tecnológico hace ya rato que se han establecido la óptica y la práctica de considerar las relaciones con el entorno como esenciales para la comprensión de todo sistema. Al examinar, por ejemplo, la estructura de un edificio cualquiera, puedo escoger cualquier ámbito como objeto de análisis, a condición de que represente el resto del edificio y del mundo con sus debidas interacciones; no hacerlo así, y estudiar, digamos, un piso o habitación o columna aislados, como si el resto de la edificación no existiera, es una vía segura a conclusiones erróneas. Y lo mismo vale para una célula, un tejido o un órgano cualquiera de nuestro organismo, para un reactor químico, o para cualquier otro tipo de sistema físico, químico, biológico o social: la comprensión de sus interacciones con el resto del mundo, con sus circunstancias, entorno, condiciones de borde o como las queramos llamar, es decir, con lo que no es el sistema en sentido estricto, pero que lo renvuelve e interactúa con él, es esencial para arribar a cualquier clase válida de conclusiones. Sin embargo, en la política, la filosofía o en el mundo humanístico en general, todavía es frecuente que los análisis se efectúen de manera desligada de tal entorno, como si cada país, momento o individualidad fuese un compartimiento estanco. Y, en el caso venezolano, me temo que estamos patética y epistemológicamente rezagados incluso en relación a los estándares intelectuales latinoamericanos actuales: es claro, por ilustrar lo dicho de algún modo, que el calibre intelectual del debate efectuado en las recientes elecciones colombianas, con sus diversas referencias a los conflictos internos y sus estrechas conexiones con factores externos, está órdenes de magnitud más avanzado que la chillonería de muchachos malcriados que pulula en la prensa local tanto oficialista como oposicionista. Esto significa, en concreto, que situar a Venezuela en un contexto latinoamericano y mundial es absolutamente indispensable si queremos dar pie con balón en los afanes por anotar nuestros ansiados goles históricos, y es allí donde radica una primera justificación de los empeños del blog.
  2. Necesidad de un enfoque histórico. Todo lo dicho desde la perspectiva sistémica guarda hondas analogías con la perspectiva histórica: no se ha repetido lo suficiente que si no sabemos de donde venimos tampoco lograremos saber a dónde vamos y ni siquiera dónde estamos parados. La historia de América Latina está repleta de procesos que han impactado a la totalidad o al menos buena parte de nuestras naciones: sea en la gran escala de la conquista, la colonización, la independencia o la búsqueda de la democracia, o sea en la menor escala de los procesos recientes de sustitución de importaciones, endeudamiento externo, apelación a las soluciones privatizadoras o neoliberales, o de afán por conquistar una mayor autonomía en el control de nuestros recursos, nuestros devenires se entrelazan y condicionan mutuamente. Por tanto no logramos entender cómo puede considerarse, a manera de botón de muestra, el examen de una película como Al sur de la frontera, de Oliver Stone, como un desvarío escapista o una exquisitez purista.
  3. Imperativo de una perspectiva latinoamericana con miras a integrarnos como un sólido bloque geopolítico. Para bien o para mal, entre los medios de comunicación y transporte, los avances científicos y tecnológicos que afectan la satisfacción de necesidades en escala global -o mundial, si hay rollo con ese término casi patentado por las corporaciones transnacionales-, las imbricaciones de los sistemas financieros, económicos, políticos y culturales (pero desafortunadamente todavía no los educativos), y seguramente muchas otras variables, han terminado por hacer de los aislamientos nacionales conductas de un pasado cada vez más remoto. Norteamérica, Europa, el sudeste asiático, los países árabes, hasta las naciones de Oceanía, incluso con diferencias culturales, históricas, raciales, étnicas o lingüísticas mayores que las nuestras, cada vez más actúan en bloque e integrando capacidades económicas, territoriales, culturales, políticas, militares, etc. Si los latinoamericanos seguimos empeñados en nuestro aldeanismo consuetudinario, y nos escandalizamos de que por ejemplo, en un blog como éste se le preste atención al proceso político colombiano, de nuestra más que vecina hermana y cuidado si no morocha república, entonces nuestras oportunidades de construir un mejor futuro se restringirán drásticamente. Apostaría a que en un análisis mundial de pares de naciones más semejantes en el planeta, desde múltiples puntos de vista, Colombia y Venezuela quedarían en el decil, y de repente en el percentil, de las de mayores raíces, parámetros y perspectivas afines. Mientras Brasil está impulsando el estudio obligatorio del español en sus escuelas, Chile realiza intercambios económicos fructíferos con cada vez más regiones del mundo, y México está integrándose crecientemente a la OECD, nosotros seguimos empeñados en ver hasta a los procesos colombianos como exóticos. La comprensión de la realidad política latinoamericana, y sus tendencias conservadoras o de cambio, de derecha o de izquierda, empeñándonos en respetarnos unos a otros, es indispensable para situar la problemática política de cualquiera de nuestras naciones.
  4. Venezuela, en tanto que país exportador de petróleo, está particularmente expuesta a los avatares económicos y políticos del mundo contemporáneo. Aunque no tengo el cálculo a mano, intuyo que Venezuela es el país que más petróleo ha exportado al resto del mundo, al punto de que, de ser cierto lo afirmado en la reciente película Venezia, con la más que bella Rudy Rodríguez, fue nada menos que proveedora del 70% de los combustibles de las fuerzas aliadas en la Segunda Guerra Mundial, y teatro de operaciones de una sofisticada confrontación con las potencias del Eje, que en su afán de sabotear este suministro petrolero, infiltraron hasta los tuétanos al ejército venezolano, con enfrentamientos que dejaron casi dos centenas de muertos. Durante casi todo el siglo XX y al menos durante las dos o tres primeras décadas del XXI, la economía, la política y la cultura nacional han bailado al son de los precios y los ingresos petroleros, con el agravante de que los venezolanos, como bien lo demostró Fernando Coronil en su obra El Estado mágico, no nos hemos dado cuenta de eso y siempre hemos creído que la fuente de tales poderes especiales han sido los gobernantes, con Gómez, Pérez Jiménez, Carlos Andrés Pérez, y ahora Chávez, como sus principales ejecutantes, cuando resulta que ellos lo que han hecho es administrar, y a menudo acaparar y despilfarrar, los aparentemente misteriosos ingresos petroleros. Afirmo que el conflicto árabe-israelí en el Medio Oriente, y su efecto sobre los precios petroleros, ha tenido más impacto sobre la vida de los venezolanos que cualquier decisión económica o liderazgo político internos, y sospecho que más de las tres cuartas partes de los factores determinantes del poder del actual Presidente de la República devienen del simple manejo de la chequera del Estado con fines proselitistas. ¿Cómo podemos, entonces, subestimar la importancia de entender las dinámicas mundiales energéticas y del capitalismo en general?
  5. La diversidad latinoamericana, y particularmente la experiencia colombiana, es una fuente invalorable de aprendizaje para los venezolanos. Pese a que nuestra historia, lenguas, creaciones artísticas, creencias, músicas, bailes, cocinas, arquitecturas..., se hallan entre las relativamente más homogéneas de las grandes subregiones del planeta, también es cierto que poseemos una amplia diversidad de climas, latitudes, altitudes, suelos, floras, faunas, etnias, experiencias, etc., que hacen del subcontinente, y del área andino-caribeña-llanera, un extraordinario laboratorio viviente de experimentación para la concepción de todo género de proyectos innovadores. Lo que suele constituir una pesadilla de todos los investigadores científicos, el control de parámetros para examinar sólo los efectos de variables separadas, en Latinoamérica, y especialmente al norte de Suramérica, se nos brinda de manera casi espontánea. La experiencia colombiana, por citar un caso, nos muestra elocuentemente lo que muy probablemente habría ocurrido en la sociedad venezolana, y ocurrirá si no obramos en sentido contrario, de no mediar la riqueza petrolera y sus posibilidades amortiguadoras y de movilidad social. Con estamentos sociales elitescos y sectarios, empeñados en mantener excluida de las oportunidades de progreso a una inmensa mayoría social y en despreciar sus intentos de búsqueda de un mejor futuro, la emergencia de caudillos tipo Chávez resulta prácticamente inevitable. La clase campesina excluida que apoya la guerrilla, el sicariato y el narcotráfico colombiano tiene las mismas raíces sociales e históricas que la población marginalizada venezolana, que, en los suburbios urbanos, está apoyando al actual presidente y antes apoyó a Acción Democrática; sólo que, gracias al poder apagafuegos del Estado y sus repartos de los ingresos petroleros, que se traducen en comida, dádivas, becas, subsidios, falsos empleos, corruptelas de todos los tamaños..., en Venezuela no se han organizado guerrillas (pero sí redes delictivas crecientemente organizadas y con vínculos cada vez más orgánicos con el sindicalismo corrupto, el narcotráfico y el sicariato). Sin embargo, es claro que en febrero de 1989, durante el Caracazo; y luego en febrero y noviembre de 1992, con los golpes fallidos de Chávez; en diciembre de 1998, con el autogolpe que tramaba el yerno de caldera; en mayo de 2000, con el saboteo y el despelote que casi se armó con unas elecciones sin registros claros de electores; en abril de 2002, con el golpe de Cisneros y Carmona; en diciembre de 2002 y enero de 2003, con el paro petrolero; y en enero de 2004, con el intento fallido de la oposición por organizar un referendo revocatorio a través de un poder electoral paralelo, por limitarme a sólo unos ejemplos, hemos pisado los umbrales de un sangriento enfrentamiento civil que fácilmente podría evolucionar hacia un escenario a la colombiana, y que todavía pende sobre nosotros cual espada de Damocles. ¿Cómo subestimar, entonces, la emergencia de un enfoque relmente superador de la más que semisecular contienda bélica colombiana, como el ofrecido por Mockus y Fajardo, del que muchísimo tendríamos que aprender?
  6. Nuestros desafíos estructurales son los mismos, y es juntos como los latinoamericanos podremos enfrentarlos mejor. Pese a que tanto el gobierno como buena parte de los académicos de izquierda no cesan de proclamar que el capitalismo y la sociedad moderna son la raíz de nuestros males, lo cierto es que estructuralmente hablando nuestras sociedades latinoamericanas, si bien gravitan en la órbita del capitalismo mundial, no son ellas mismas plenamente capitalistas ni modernas, pues distan de hacer de la producción, la política y la creación cultural inteligentes, es decir, de base científica, tecnológica y genuinamente democrática, la columna vertebral de sus actividades sociales. Sin un análisis certero acerca de nuestras realidades estructurales y sin una respuesta clara a la problemática de lo que tradicionalmente se llamó el carácter de la revolución, no podremos llegar muy lejos, y este blog lo que ha querido es ser útil en ese sentido. La confrontación entre un supuesto socialismo del siglo XXI inspirado en la experiencia cubana, y cuyos fundamentos teóricos y materiales se desconocen, versus la restauración a ultranzas de un mercantilismo estatizante, centralista y corrupto, al estilo del siglo XVIII europeo, como el que tuvimos en las últimas décadas, no puede sino llevarnos a la pérdida de oportunidades históricas. Mientras en Venezuela nos cocinamos en la salsa de este debate obsoleto y caracterísico de la Guerra Fría, en Brasil, México, Chile, Uruguay, y cuando menos en el departamento colombiano de Antioquia (Medellín y sus alrededores) se exploran alternativas para nuestra modernización. ¿En qué cabeza cabe, entonces, que el análisis de estas transformaciones estructurales necesarias pueda ser accesorio o escapista?
  7. Nuestra coyuntura económica y política latinoamericana esencial es también la misma y son muchos los esfuerzos inmediatos que podemos sincronizar. A la actual coyuntura hemos llegado después del fracaso continental de la onda privatizadora y aperturista a ultranzas propugnada por el Fondo Monetario Internacional, los Chicago Boys y sus adeptos, de alguna manera devotos de la idea de que nada como el negocio de la guerra y la falta de regulaciones para aceitar las alianzas entre el Estado y las grandes corporaciones transnacionales, que ha terminado por conducir al propio capitalismo metropolitano a una crisis de severas proporciones. El hasta hace poco inverosímil ascenso de Obama, impulsado desde abajo y sin el concierto del estamento de las quinientas de Fortune, es un indicador de la magnitud de los reclamos sociales en el interior del llamado "Imperio". En un contexto de crisis del capitalismo salvaje proclamado por los Reagan, Bushes y compañía, que ha colocado al planeta en la ruta de una implosión climática y de estallidos sociales incontrolables, y en donde están emergiendo corrientes hacia un nuevo capitalismo al estilo nórdico europeo, con una mucho mayor conciencia social y mucho más alineadas con la posibilidad futura de edificar un verdadero y nada soviético ni cubano "socialismo", es claro que las oportunidades de optar por una ruta viable de evolución económica, política, educativa y cultural, compatible con la edificación de una sociedad más justa, se han multiplicado. Y de allí el empeño del blog por invitar a pensar en grande nuestros problemas, de cara a nuestros desafíos y con miras a actuar acertadamente y con un enfoque transformador desde las escalas pequeñas accesibles para cada quien, bien para conservar lo bueno logrado en el pasado, con enfoques sanos de derecha, bien para cambiar lo que merezca y pueda ser cambiado, con enfoques sanos de izquierda, o bien para adoptar posiciones complejas que combinen distintos puntos de vista y a riesgo de que los devotos de dogmas se incomoden. ¿O es que no se han dado cuenta ciertos lectores de que las etiquetas estrella de los artículos del blog, han sido, incluido éste, las de Desafío de América Latina, con treinta y un (31) artículos, y Enfoque transformador, con treinta y siete (37) artículos, en donde sistemáticamente se evita el lenguaje de clichés de derecha e izquierda al uso? ¿Acaso son estas las ramas a las que se refiere cierto lector en un comentario de días pasados?
En resumidas cuentas, la estrategia del blog, para bien o para mal, se ha parecido a la de tantísimos libros, textos o documentos dedicados al análisis de problemas sociales, en donde, después de una introducción, se presenta un marco conceptual o teórico para abordar, luego, el examen de los datos y problemas más concretos bajo el amparo de dicho marco, y arribar finalmente a las necesarias conclusiones y recomendaciones. La diferencia flagrante está en que el blog, deliberadamente, no ha escogido al mundo académico, con sus lectores cautivos, los estudiantes obligados a leer para aprobar los exámenes, como su auditorio favorito, sino el mundo de ciudadanos sensibles, con un mínimo de cultura y amplios de mente, quienes, con o sin razón, tienen pleno derecho a reclamar el tratamiento de asuntos que les afectan directamente. Sigo creyendo que, en apenas algunos meses, se verán las ventajas del enfoque abordado -o quizás resulte que este no es el medio de comunicación apropiado y habrá que buscar otro-: pero lo que no voy a hacer es decir algo distinto de lo que siento y creo que debo expresarle a los venezolanos y latinoamericanos ante nuestros ingentes desafíos.

10 comentarios:

  1. Amigo Edgar Y. en lo que a mi respecta estoy de acuerdo contigo y comparto en un porcentaje elevadísimo lo que estas diciendo. Sin embargo hay que entender que cada quien tiene sus necesidades, que como dije anteriormente algunas tienen cara de perro. En mis años de vida, desde Pérez Jiménez hasta la fecha, no se había vivido un momento tan dramático, polarizador, perturbador y de tanta intensidad como el actual. En las décadas de los 60 y parte de los 70 los que tenían el poder en este país lo ejercían políticamente en forma represiva a los milititantes de izquierda que de alguna manera eran “peligrosos”, nunca desestabilizadores sobre todo en las de los 70 y 80. Y estos compañeros de izquierdas eran tan minorías que metafóricamente se podían contar con los dedos de las manos, un ejemplo de eso eras tú por lo que nos narraste en algunos de tus títulos anteriores. Actualmente la cosa es distinta, para muchos y cuando digo muchos incluyo algunos que apoyan al gobierno, que mantienen cierta actividad política se siente amenazados de alguna u otra manera. Para muchos de estos compatriotas tener un trabajo o mantenerse en el que tienen pasan por la vergonzosa situación de callar o aceptar tales imposiciones que conllevan en el mejor de los casos a pasar su arrechera agachada y en la mayoría de los casos aun desequilibrio psíquico con consecuencias personales, familiares, matrimoniales, profesionales devastadoras. Acaso nos has tenido amigos que se quieren ir del país o que se niegan a pagar por un contrato o a jalarle bola a un incompetente burócrata del gobierno o que están sin trabajo ya que la única opción que tienen es en algún organismo del estado. Te confieso que a mi me falta poco para estar en una situación como esa. Lo que quiero decirte es que no todo el mundo tiene la paciencia y la contención necesaria para creer en tus palabras que “en apenas algunos meses se verán las ventajas de enfoque abordado” cuando ante una realidad y una cotidianidad tan avasalladora lo que se quiere son acciones concretas. Yo soy de lo que apuesto a esos pocos meses.

    UNA VISION SIN ACCION ES UN SUEÑO
    Y
    UNA ACCION SIN VISION ES UN DESPERDICIO

    Elpis

    ResponderEliminar
  2. Pareciera que es más importante el marco que la pintura en sí; el autor no quiere ver cómo el presidente ahoga los escorzos de cualquiera que se le oponga; obvia el equilibrio de las cadenas; soslaya el ritmo de los ministros; no ve el peso de los colores en los tribunales; los ejes de producción desparecidos. Para defender el socialismo (que son los únicos que se preocupan de los pobres); el bloguero tiene varios meses definiendo el marco y no quiere salir de ahí; su posición es complementaria a la de Domingo Alberto Rangel quien en una entrevista radial dijo: “El imperialismo norteamericano es el único capaz de mantener dos guerras, una carrera espacial y satisfacer las necesidades de su gente. Son el granero del mundo; sus universidades, las mejores del planeta; los recipientarios de los premios nobeles son mayoritariamente de ese país; allá está la verdadera izquierda inteligente de la tierra. Menos mal que Osama Bin Laden los destruirá.”
    Complementaria también a la postura de un Miguel Salazar, que escribe en su semanario, “El gobierno sabía lo que pasaría con la podredumbre en PDVAL, pero se están moviendo como pesos pluma en los tribunales para que al final nada suceda a los compañeros”
    Realmente decepcionante.

    Anónimo Nefelibata

    ResponderEliminar
  3. Gracias Edgar, gracias por tu humildad, gracias por tomarte la molestia de responderle a los que no estan del todo de acuerdo contigo. Eso es lo que siempres has hecho, la prepotencia te mata, al niñito de mama nadie le quita su juguete, eso hiciste en Guayana, en el Movimiento Sucre, en La Causa R, en los sitios donde te tocó actuar. Por qué un tipo tan lucido e iluminado como tu está solo? Te sugiero hacerte esa pregunta. Por cierto, ilustranos explicando como es que Raul Castro y Daniel Ortega son de izquierda? De Chavez ni te pregunto. Por cierto amigo usted podrá haber tenido muchas millas voladas en política, pero hace mas tiempo que ni siquiera planeas, estás como los abuelos viviendo de recuerdos. Te quedaste viejo ..

    ResponderEliminar
  4. Quisiera reflexionar, con el mejor ánímo, sobre la forma que está tomando la conversación en el blog. Muy especialmente al fenómeno que ocurre con el uso de anónimos, que si bien es un recurso válido, requiere de un uso responsable.

    Me explico: Una de las cosas más valiosas en la web es la identidad. Es un viejo truco el de descalificar la condición moral o personal de quién habla, desde una pretendida posición de superioridad moral -que además siendo anónima esa supuesta superioridad no necesita ser demostrada- para descalificar por retruque el contenido de lo dicho por quién habla. El uso de anónimos es un recurso mediante el cual se puede atentar impunemente contra la identidad de otras personas, sin sufrir consecuencias sobre la propia identidad. Se puede usar información de los demás, sin exponerse uno mismo. El anónimo no se hace responsable de sus palabras ni de las consecuencias que estas tienen.

    En algunos espacios de la web esto ha generado una cultura de avatares y anónimos que convierten a los espacios en lugares de desahogo de resentimientos, arrecheras, etc. Lugares en los que hacer pataletas sin consecuencias.

    El avatar, sin embargo tiene una gran ventaja. El avatar puede hablar liberado de la historia y generar una nueva identidad, y por tanto es también un recurso valioso para ensayar una mirada fresca, una mirada que no tienen que defender viejas conductas u opiniones.

    Es decir, el problema no está en el uso de avatares. Tengo mis reservas con los anónimos porque ellos no generan responsabilidad sobre lo que se dice. Pero en cualquier caso, la descalificación personal es una mala práctica que degrada la conversación, con o sin anónimos, pero el uso de anónimos la facilita demasiado. Para prevenir esta práctica algunos sitios han definido códigos de conducta.

    Sugiero la posibilidad de pensar en un código de conducta simple, pero eficaz, que evite que la conversación se degrade, que caiga en descalificaciones personales, insultos, o en añejos pimpones de resentimientos personales entre viejos amigos que no son parte de la temática del blog, ni del interés de quienes nos acercamos a su contenido.

    El propio bogspot tiene unas normas que podría ser una referencia. Hay blogs que tienen el suyo propio y es público. Un código de este tipo podría ser pensado como parte del diseño de la conversación en el blog.

    ResponderEliminar
  5. Apreciado Elpis [por fin ¿es Elpis o Elpís?]: empiezo por decirte, a nombre de Transformanueca, que nos sentimos profundamente orgullosos de tener seguidores del blog como tú [y, de paso, me gustaría que te inscribieras formalmente como el seguidor que ya eres de hecho...], capaces de hacer críticas, exigencias, reclamos y hasta defensas, siempre dentro de lo razonable, del blog. En cuanto a tu comentario a esta entrada, lo comparto casi en su totalidad, incluso en lo que contiene, al final, de reclamo respetuoso [pues a mí también me pasa, que "me falta poco para estar en una situación como esa", y a veces creo que se me van a acabar "la paciencia y la contención necesaria..."]; pero, para que no vayas a creer que ando en plan condescendiente o, peor todavía, meloso o contemporizador, aquí te van, sacadas de mis vivencias personales y no de libro alguno, algunas observaciones menores: 1) No me parece la mejor idea subestimar el dramatismo, la perturbación o la intensidad de la situación casi de guerra civil que vivimos en la primera mitad de los sesenta, en donde, si dices que estuviste allí deberías recordarlo, eran cotidianas la "desaparición" (incluso en plena cátedra, como la de Lovera...), los asesinatos y torturas de dirigentes y personalidades de izquierda (unos guerrilleros y otros no;¿te acuerdas de la famosa frase de Rómulo de "disparen primero y averigüen después"?), el asesinato de policias y los asaltos de bancos por grupos guerrilleros, los secuestros políticos, las voladuras de oleoductos, los asaltos de cuarteles (Carúpano, Puerto Cabello, etc.), y afines. 2) La toma de la Universidad Central de Venezuela, en, si mal no recuerdo, octubre de 1966, cuando acababa de entrar a esa casa de estudios, se realizó con intervención masiva del ejército, fuego cerrado de ametralladoras de pata instaladas en los edificios periféricos (algunos de ellos al lado de mi casa de entonces, en Valle Abajo), y entrada al recinto universitario, para la captura de las residencias estudiantiles (en donde, por cierto, pero parece que se le ha olvidado, se hospedaba nuestro amigo Nefelibata...), con tanques de guerra en plan de combate, numerosos heridos y creo que hasta un par de muertos o de los entonces llamados "desaparecidos"(sin negar que, abusivamente, la izquierda guerrillera había convertido las residencias estudiantiles en su "concha" oficial y su arsenal particular), lo que me pareció, a mí, y por lo menos también a mi mamá, hermanos y vecinos, dramático, perturbador e intenso. 3) Un guión parecido, aunque sin el ametrallamiento de marras, se repitió en octubre de 1970, con un allanamiento que duró, si mal no recuerdo, cinco meses, que condujo a la destitución del Rector legítimamente electo (sin ocultar que también era bastante alcahueta de la izquierda guerrillera) y al cierre de la Escuela Técnica, que funcionaba al lado de la universidad, y en donde se pretendió que la reapertura de clases se efectuara bajo la custodia armada del ejército y con tanques de guerra apostados frente a muchos edificios de aulas, y yerbas parecidas, todo lo cual, digo yo, también fue notablemente dramático, perturbador e intenso, al menos hasta que logramos, por métodos no-violentos, la expulsión del ejército del campus universitario.[Continúa]

    ResponderEliminar
  6. [Viene, sigo con Elpis] 4) En abril de 1972 se vivió una situación en donde el gobierno de Caldera decretó que había una "subversión en marcha", y procedió a reprimir manifestaciones con convoyes de hasta veinte carros blindados de guerra y tanques del Ejército y la Guardia Nacional, cuyos efectivos portaban armas de guerra y no vacilaban en disparar al aire de los pulmones de los estudiantes que manifestábamos pacíficamente [situación en la cual la corriente universitaria que lideraba rompió con el Movimiento Estudiantil de Unidad con el Pueblo, MEUP (después Liga Socialista, que era la fachada legal de la organización guerrillera OR), con los CLER (fachada de Bandera Roja) y Ruptura (fachada de las FALN y el PRV), pues ellos planteaban, irresponsablemente, a nuestro juicio, que había que enfrentar la violencia de los ricos con la violencia de los pobres y los estudiantes, y nosotros dijimos que eso iba a conducir a una masacre a lo Tlatelolco mexicano, por lo que decidimos restringir las manifestaciones al recinto universitario hasta nuevo aviso], lo cual me pareció -¿o será que soy fácilmente impresionable?- ídem. 5) La situación vivida durante el Caracazo, ya comentada en otro lado, que nos colocó al filo del precipicio de una guerra civil, tampoco creo que haya sido inferior en dramatismo, perturbación o intensidad, a la actual. 6) En febrero de 1992, con el golpe de Estado de Chávez, justificado según él por lo del Caracazo, pero inconstitucional, foquista, putchista y aventurero según quien suscribe, se vivió una situación no precisamente divertida o suave, al igual que con la segunda edición del golpe en noviembre de ese año (por lo cual pareciera que cierta oposición, para no quedarse atrás, también dio sus dos golpes fallidos en 2002...). Y (7), como habrás observado, no he usado hasta ahora el cuarto de tus calificativos, el de polarizador, pues creo que aquí sí es cierto que nunca habíamos vivido, que yo recuerde (y recuerdos tengo -¡qué le va usted a hacer!- hasta de los días de Pérez Jiménez), un clima de tanta polarización como el actual, pero no por la falta de polos en el pasado, que los hubo, sino por que los polos de hoy han logrado magnetizar, y en no poca medida hasta cretinizar (claro que en mi opinión, y sin mayores pretensiones), a una porción mucho mayor de la población, lo cual sí podría abonar el terreno para un enfrentamiento futuro -¡ese sí!- bastante más dramático, perturbador e intenso que todo lo vivido por nosotros hasta ahora (o sea, en la categoría "segunda mitad del siglo XX en adelante", pues si nos vamos a atrás sería muy difícil competir, por ejemplo, con la Guerra de Independencia y sus 250.000 muertos (un 25% de la población), etc., aunque, quien quita (en Indonesia, por ejemplo, el golpe contra el gobierno de Sukarno, en 1965, orquestado con clara participación de la CIA, empeñada en cortar de raíz una sublevación a la vietnamita, cobró entre 500.000 y un millón de víctimas, en su gran mayoría de izquierda y simpatizantes...)), por todo lo cual, los venezolanos más conscientes, a los que creo pertenecer, y sospecho que tú también estás en este lote, Elpis o Elpís, estamos en la obligación de contribuir a desmontar esta polarización, incluso al riesgo de ser poco populares, "por ahora". Pero, ¡epa!, como que se me pasó la mano crítica, después de que dije que estábamos de acuerdo, y entonces, para contrarrestar, ¡viva la frase -que ya habíamos usado aquí en el blog- de que "una visión sin acción es un sueño y una acción sin visión es un desperdicio"! (Y, por cierto, ¿qué te han parecido los artículos de julio del blog? ¿No te parecen concretos? ¿No le ves las "ventajas del enfoque abordado" (aunque me parece haber dicho "adoptado", pero en cualquier caso...)?). Un ciberabrazo de, E.R.Y.

    ResponderEliminar
  7. Lo que pasa, Nefelibata, ¿cómo hago para que me entiendas (pero no me rindo todavía...)?, es que la pintura en que estoy empeñado no es un retrato de Chávez, quizás con detalles ampliados de su verruga y un fondo rojo, sino la de una contribución a la transformación estructural y sustancial (el tema de fondo) de Venezuela y América Latina (las figuras principales), lo cual demanda esfuerzos pictóricos mayores, sobre todo después de siglos infructuosos en donde hemos creído que la modernización es como soplar y hacer botellas (o como dar brochazos de ciegos y hacer cuadros ídem), y seguimos con buena parte de los problemas, o pinceladas clave, de nuestro siglo XIX sin resolver o ejecutar. La pintura sí es lo que me importa, y sobre todo sus figuras centrales, pero también su contexto, marco conceptual o tema de fondo, que es parte intrínseca de la obra, y hace rato que estoy esbozando tanto a unas como al otro, pero vienes tú y, con un juego de palabras, te empeñas en afirmar que sólo me ocupo del "marco" (externo a la pintura).Es cierto que el presidente "ahoga escorzos", que no hay "equilibrio de [¿en?]las cadenas", que los tribunales están "parcializados" y monocromáticos, y que han desaparecido "ejes de producción" (aunque no entendí lo del "ritmo de los ministros"), y ya he dicho, en uno de los artículos de julio, que creo que hay que hacer un enorme esfuerzo, siempre dentro de lo previsto en nuestra constitución vigente, para que Chávez no siga en el poder después de 2012, como, abusiva e inconstitucionalmente, se lo propone, pero lo que me temo nos separa es que no veo como de allí se deduce, a lo Ley del Talión corregida y aumentada, que hay que sacarlo como sea, en donde se valen golpes de Estado, guarimbas, francotiradores, bombas en embajadas, paranoias y cuidado si magnicidios con sus conatos de ensayo (que de que los ha habido en América Latina, los ha habido, Nefelibata, y por poco lo vivimos en Venezuela en 2002 (y también en 1992...)), con perspectivas de evolucionar hacia una guerra prolongada a la colombiana, para la cual ya se preparan las corrientes extremas de ambos bandos (con milicias populares armadas por el gobierno, sí, pero también con sectores de clase media radicalizados y armados hasta los dientes (en un edificio cercano al mío -sí, donde tú estuviste un par de veces-, instalaron, en 2003, dos ametralladoras de pata, una para defender a El Paraíso de un ataque desde La Vega, y otra para protegerlo de un ataque desde La 905...)). Tampoco le veo la coherencia a la nueva variante de tu nuevo método deductivo: como Domingo Alberto Rangel es de izquierda y dice no se sabe dónde equis pazguatada, y como Miguel Salazar (después de que se cansó de jalarle bola al gobierno...) dice que el gobierno de izquierda de Chávez es un alcahueta en el caso de las podriciones de PDVAL, entonces lo que dice el bloguero, que se reclama de izquierda, también es "realmente decepcionante". ¿Cómo te sentirías tú, Nefelibata, si yo dijera aquí que Hitler, que era de derecha, asesinó casi seis millones de judios inocentes, o que Bush, con igual dextrismo, engañó al pueblo norteamericano, se pasó por el forro al Consejo de Seguridad de la ONU, masacró impunemente al pueblo iraquí y contribuyó a la destrucción de buena parte de su cultura plusmilenaria, para luego deducir que tú, que por lo visto también eres de derecha, me resultas "realmente decepcionante"? ¿No te parecería "realmente decepcionante" tal argumentación de mi parte? Bueno, entonces quiero que sepas que algo parecido siento en tus razonamientos recientes, por lo cual te invito a adoptar una actitud distinta, para salirnos cuanto antes de lo que podría convertirse en un Salón del Realismo -o, peor, del Surrealismo- Pictórico Decepcionante... Saludos de, La Casa.

    ResponderEliminar
  8. ¡Caramba, Anónimo, que lindo te quedó eso de sacar menudas conclusiones, con alusiones a mi madre incluidas, del hecho de que tarde unas semanas en responder a quienes "no están del todo de acuerdo [conmigo]"! ¿No se te ha ocurrido pensar que a lo mejor lo que pasa es que el bloguero ha quedado al borde de la ruina tras desconocérsele, por parte del gobierno, un contrato de trabajo profesional al que le dedicó, con un equipo de los mejores meteorólogos, climátologos, hidrólogos, etc., del país, varios años de trabajo profesional, por lo cual está teniendo dificultades y restricciones de tiempo hasta para mantener el ritmo de artículos ordinarios del blog? ¿Acaso tengo que derretirme aquí en explicaciones por tardar en responder los comentarios? ¿Dónde está escrita esa regla de que el bloguero debe responder antes de equis o ye lapso a los comentarios de los lectores? ¿Conoces otros blogs en donde las respuestas a los comentarios de los lectores sean obligatorias y perentorias? ¿Por qué no te identificas, pese a que creo que sé quien eres, y discutimos lo que quieras acerca de mis actuaciones en Guayana, en el Movimiento Sucre, en la Causa R, en donde por cierto, que recuerde, la inmensa mayoría de las veces coincidimos en nuestras posiciones, que ahora quieres revisar, a posteriori, con tu aparente liberalismo recién adquirido? En caso de que creas que con mi "prepotencia que me mata" podría intentar apabullarte, ¿qué te parece si invitas a alguien a que represente tu posición en un debate, donde y como quieras fijarlo? [Continúa].

    ResponderEliminar
  9. [Viene, sobre el otro Anónimo] En cuanto a lo de mi soledad, que de veras no siento pero incluso concediéndote que sí, ¿no crees que sería conveniente revisar el contexto de una polarización política paranoica y fundamentalista en donde tiene lugar? ¿No te hace reflexionar nada el hecho de que buena parte de los más importantes pensadores venezolanos -no los "prepotentes" y "niñitos" como yo, sino los grandes, al estilo de la docena que menciono en mi artículo del 02/07/2010- hayan padecido, de una u otra manera, problemas de aislamiento y rechazo en la sociedad venezolana? Sobre tus preguntas por los presidentes de izquierda (aunque te recuerdo que el mapa ideológico que encabeza el artículo no lo hice yo sino, como lo indica su crédito, la Agence France Presse, alias AFP, la más antigua del mundo y con reputación de ser de lo mejorcito y más imparcial en agencias de noticias de talla mundial), me comprometo a responderte tus preguntas con una condición: que, previamente, me expliques cuál es tu concepto de izquierda, para referirme de entrada a éste (puesto que ya yo expliqué, en varios artículos, el mío). En caso contrario, si no expones tal concepto, entonces no le veo sentido a ocuparme de tu pregunta, pues estaríamos como en en el cuento del gallo pelón, en donde todo lo que te diga te parecerá insatisfactorio puesto que no va a coincidir con tu concepto secreto o incógnito de izquierda... Tampoco es mi culpa que después de más de ciento y pico de artículos del blog, con unos pocos párrafos dedicados a cuestiones de mi trayectoria en política -en buena medida para defenderme de críticas de lectores dirigidas a mi persona, al estilo de tus juicios sobre mi participación en La Causa R, etc.-, que no representan ni el 1% de los textos del blog, saques la peregrina conclusión de que vivo de recuerdos... Y si así fuese: ¿a quién perjudico con eso? ¿Cómo se llama el pecado de un abuelo que se encierra en sus recuerdos sin hacerle daño a nadie? Y, en cuanto a lo de que me estoy poniendo viejo, te agradecería que si sabes de algún método para evitarlo, diferente del tradicional (que consiste en morirse joven y que ya no aproveché -aunque varias veces ciertos personeros tanto de la actual oposición como del actual gobierno casi me hicieron lograrlo...-), me lo hagas saber, de repente a través de un comentario al blog o de mis teléfonos o dirección que los conoces o sabes bien como encontrarlos... Chao, Anónimo, confío en que volvamos a encontrarnos, pero hago votos porque sea a partir de planteamientos más constructivos y menos cargados de ojeriza. E.R.Y.

    ResponderEliminar
  10. ¡Gracias, de nuevo, Mari, por tus aportes en pro de la elevación de la calidad de las conversaciones en el blog! Comparto en buena medida todo lo que señalas y me propongo aprovechar tus recomendaciones, con una salvedad: me gustaría que ese código de conducta no fuese esencialmente sacado de ningún manual universal de blogueros, sino, antes que nada, de la experiencia de este mismo blog, para lo cual me propongo esperar un poco más y ver como evolucionan las cosas. Conozco al menos uno de los más importantes códigos de ética de los blog de que hablas. (Uno de sus puntos es que el bloguero debe hacerse indirectamente, pero no directa o minuciosamente, responsable de cuanto aparece en sus páginas, incluidos los comentarios, y esto me ha hecho pensar en si no estaré criando cuervos al malacostumbrar a los lectores a la práctica de comentar sus comentarios...). Permaneciendo, como dicen, otros factores constantes, preferiría conservar aquí el derecho a la expresión de los anónimos, incluso cuando sé que están prohibidos en los medios de comunicación convencionales. No obstante, si la cosa se pasa del castaño oscuro, no vacilaré en eliminarlos o incluso en llegar hasta el diferimiento de los comentarios o, en caso extremo, al cierre del acceso al blog mediante el sistema de claves. Por otra parte, creo que los anónimos y seudónimos, pese a sus obvias desventajas mas en el supuesto de que se mantuviesen dentro de ciertos márgenes de respeto -cosa que indudablemente no hizo nuestro Anónimo de arriba-, tienen una utilidad nada despreciable, cual es la de permitirnos explorar, como en aquellos coros del teatro griego, cierto inconsciente colectivo que difícilmente sale a relucir cuando se da la cara; son, en cierto modo, una especie de "rumores" que, dentro de ciertos límites y siempre que no nos atormenten, es preferible conocerlos antes que desconocerlos. Y una nota, medio zoqueta ella, pero por si acaso, para los lectores de tu comentario, que también son del blog: el término avatar no está usado allí en su acepción común de vicisitud o peripecia, sino en la poco usual, aunque quizás ahora revalorizada por la película homónima, de reencarnación o conversión en otra criatura, al estilo de, por ejemplo, los deliciosos avatares de Pessoa cuando se transforma en Bernardo Soares, Alvaro de Campos, Ricardo Reis... En cualquier caso, debo confesarte que así como he sentido cierto desconsuelo al verme atacado con ligereza en el blog, también he tenido satisfacciones al ver como otros lectores, y hoy has sido tú, han asumido la crítica de quienes han tendido a extralimitarse en su uso de los espacios del blog. Seguimos en sintonía y espero verte más a menudo por estos ciberlugares, Edgar.

    ResponderEliminar