Tenemos, en primer lugar, la opción del PSUV, cuyos candidatos a diputados, si bien en su mayoría fueron electos por la base, en un proceso interno en donde se estima que participaron más de dos millones de militantes, no parecieran tener algo que ver con los cuadros dirigentes de movimientos o de corrientes ideológicas y políticas que imaginamos en un genuino partido de vanguardia que pretenda avanzar hacia un socialismo, sino con procesos basados en la popularidad aparente por cualquier motivo. Como candidatos vemos a jovencitas y jovencitos simpáticos pero despolitizados, a lo Andreína Tarazón, los unos, no importa si catequizados a la carrera con la ortodoxia socialista al uso; a personalidades conocidas en los medios, como el periodista Earle Herrera, en Anzoátegui, el cantante Cristóbal Jiménez, en Apure, o la gerente comunicacional Blanca Eckout, en Portuguesa, un poco al estilo del Alfredo Peña de aquella vez, otros; a una buena cuota de dirigentes conocidos salidos del ámbito ejecutivo y con escasa vocación de tribunos, tales como Héctor Navarro, Diosdado Cabello, María León, Érika Farías, Francisco Arias Cárdenas, Luis Reyes Reyes, Tania Díaz, Yelitza Santaella y afines, todos en listas y designados a dedo por el presidente, probablemente con ganas de hacerlos actuar como carnadas para atraer votos, pero con intenciones de regresarlos a sus labores gerenciales y dejar a sus suplentes encargarse de las tediosas discusiones parlamentarias; luego están otros pocos ex-ministros o cuadros, en puestos nominales o lista, a quienes sí nos imaginamos en labores de representación de masas y de debates ideológicos, tales como Aristóbulo Izturiz, Luis Acuña y Aurora Morales; y, por último, a parlamentarios experimentados, pero no precisamente lúcidos en lo ideológico, también en puestos lista, tales como Cilia Flores, Iris Varela o Francisco Ameliach.
Adicionalmente, también constatamos que, en un supuesto momento crucial para la revolución, como éste, no hemos tenido noticia de verdaderos debates o liderazgos internos importantes en las elecciones internas del PSUV, de documentos para la discusión estratégica de la construcción socialista elaborados por individualidades o grupos, o de trabajos de masas en pos de la conquista de reivindicaciones concretas a corto, mediano o largo plazo que se expresen en consignas y movilizaciones y se traduzcan en elementos programáticos. Tenemos además la sospecha de que cuanto más salidores hayan sido los puestos nominales o de lista, menor la participación de las bases en su elección y mayor el peso de las prosternaciones demostradas al Jefe Máximo de la Revolución, y viceversa, cuanto menos salidoras y simbólicas las candidaturas, mayor la participación de las masas en base a popularidades de cualquier índole en los distintos ámbitos locales.
En un contexto donde se supone que estos parlamentarios van a trabajar nada menos que en la elaboración de la futura legislación socialista, no pareciera que la formación ideológica y política haya sido, en líneas generales, un criterio importante para la selección de los candidatos. Conocemos en cambio a amigos en este partido, como María Zambrano, Giulio Santosuosso, Arturo Pérez Mujica, Luis José Alfaro, y afines, con formación suficiente como para servir de maestros de socialismo a buena parte de los actuales candidatos a diputados, pero que no fueron considerados en las listas o nóminas ni por aproximación. Una excepción a todas estas reglas la vemos en nuestro apreciado Aristóbulo Iztúriz, en quien sí vemos madera de líder de masas y tribuno socialista, y por quien todavía votaríamos si estuviésemos en el Circuito 1 del Distrito Capital, aunque fuese como premio a su valentía de negarse a acceder virtualmente y mediante el dedo de Chávez al cargo que perdió en las máquinas frente a Ledezma, o en apoyo contra su rival Pablo Medina, nuestro amigo de larga data "Alonso @ El Vernáculo", a quien pareciera que le hubiesen metido un raro chip en la cabeza, pues no lo reconocemos en el Movimiento 2D y etcétera.
Sea como sea, lo cierto es que hace tiempo que no tenemos la experiencia de oir hablar con propiedad del capitalismo o del socialismo a cuadros políticos del PSUV, y que no pareciera haber relación entre la naturaleza de las responsabilidades del futuro parlamento, con o sin mayoría calificada, y los criterios de selección de los candidatos a diputados. ¿Qué criterio, entonces, como no sea la mera lealtad a toda prueba a Chávez, se empleó en el PSUV para escoger a los representantes del pueblo al máximo poder deliberante de la nación, que supuestamente se encargarán nada menos que de crear el marco legal del socialismo?
En relación a la Mesa de la Unidad, ya hemos dicho que nos parece de primordial importancia que se incorporen sus diputados al parlamento, para que este sea más realista y representativo de los venezolanos. Por más que le damos vuelta y tratamos de entenderlo conceptualmente, no logramos entender del todo la lógica del presidente Chávez cuando llama a demoler, triturar y siquitrillar a la oposición, metiéndolos a todos en un mismo saco, provocándolos y acusándolos indiscriminadamente, en buena jerga cubana, de fascistas, traidores a la patria y -el original- escuálidos (preferible, es cierto, al gusanos cubano, pero...), cuando resulta que, puntos más puntos menos, representan a alrededor de la mitad de los venezolanos. Se me ocurren tres cosas: o el Presidente se está preparando para un inevitable enfrentamiento violento con ellos, para una guerra civil de una mitad de los venezolanos contra la otra, por lo cual trata de precipitar un encontronazo, antes de que se organicen más, lo cual sería extremadamente grave; o intenta desesperarlos y frustrarlos, con ánimo de que se vayan del país y quizás monten un bunker golpista en Miami, para librar un poco más en concreto la guerra contra el Imperio, nuevamente al estilo cubano; o sencillamente, mi mejor hipótesis, porque en el fondo no está pensando en ningún socialismo en serio sino en mantenerse en el poder per sécula seculórum, para lo cual cierto lenguaje provocador sirve para alentar las fobias de su electorado marginalizado y asegurar dividendos en votos, a la vez que para mantener a la defensiva e inducir a errores a sus adversarios.
Pero lo que no nos cabe en la mente es que se esté pensando en construir de verdad un socialismo mientras se mantiene simplemente arrecha y dentro de las fronteras nacionales a la mitad menos pobre de la población, lo cual terminaría por volvernos locos a la mayoría de cualquier bando, hasta que fatalmente hubiese un desenlace violento, muy probablemente con intervención de como mínimo los cascos azules de la ONU para mantener cierto orden, al menos en los campos petroleros... Afortunadamente, ya los opositores han aprendido lecciones del pasado, y parecieran estar cada vez menos dispuestos a pisar conchas de mango. (Por cierto, no está demás recordar, o no sé si lo dije ya en otro lado, que esta ha sido la posición, ya desde los días del referendo revocatorio y en las parlamentarias de 2005, de Julio Borges, Capriles Radonski, Carlos Ocariz y otros líderes de Primero Justicia).
Pero, salvo lo anterior y excepto casos puntuales de líderes como Andrés Velázquez y Pastora Medina, por sus demostradas, y conocidas de cerca, vocaciones y gestiones progresistas en Bolívar; Antonio Ecarri en el Circuito 2 de Caracas, por su empeño en la cuestión educativa; o Julio Borges -quien no es santo de nuestra devoción, pero a quien le reconocemos su esfuerzo y el de su equipo por realizar una gestión distinta y sensible a las necesidades de las mayorías pobres en Miranda- en el Circuito 4 de este estado, no es por esta Mesa, o por lo menos hasta tanto defina más claramente qué es lo que propone para Venezuela, y ajuste más claramente sus cuentas con sus veleidades de 2002-2003, por quien se inclinan las preferencias de Transformanueca.
Y, finalmente, está la gente del PPT, hacia quienes volví a sentir respeto y cercanía sobre todo después de que, en 2007, se le plantaron a Chávez y su fanfarronada de emplazarlos a meterse casi por la fuerza en el PSUV. Desde entonces les he ofrecido mi solidaridad, he conversado detenidamente con José Albornoz, Rafael Uzcátegui, José Luis Pirela y los demás compañeros de la Dirección, ante la cual, además, he hecho varias exposiciones sobre mi visión del país; los acompañé en el pleno nacional de Carabobo, a comienzos de este año, en donde me permitieron hacer una intervención; he sostenido largas conversaciones con la gente de la Escuela de Cuadros Alfredo Maneiro, y en particular con Nelson Pérez, su director, explorando la posibilidad de montar un programa avanzado de formación de cuadros; he tenido intercambios recientes con Henry Falcón y otros compañeros de Lara, así como contactos diversos con compañeros de otros estados.
Más particularmente, a Henry Falcón, Vladimir Villegas, José Albornoz, Rafael Uzcátegui, José Luis Pirela y otros les propuse la estrategia de concentrar los mejores recursos en una iniciativa desde abajo en Lara, estado en donde, quizás, pero a juicio de muchos, subsistan muchas de las mejores fibras de una cultura venezolana del trabajo no rentista y basada en la creatividad y el emprendimiento, y en donde se conjugan condiciones hartamente favorables para impulsar una experiencia de transformación económica, cultural, educativa y política centrada en la adquisición de capacidades. Estado además al que bien conozco, por ser mi tierra chica y en donde viví buena parte de mi infancia y adolescencia, y en donde conservo valiosas amistades. Sin embargo, y pese a cierta acogida inicial, nada de esto pudo concretarse y al final de cuentas se impuso una vez más el electoralismo y la fijación en las andanzas de Chávez.
Pese a su devoción por las ideas de Alfredo Maneiro y por razones que no termino de entender, no terminan de decidirse a impulsar un proyecto coherente y desde abajo, al estilo de lo que hicimos en La Causa R en los setenta, en donde podría serles de suma ayuda. Y el problema está en que son muchas ya las veces que me he quedado con los crespos hechos a la espera de que me brinden la oportunidad de apoyarlos, incluso con exposiciones listas, como la de un proyecto para Lara, que le preparé hace poco a Henry Falcón, quien me aseguró varias veces que vendría a mi oficina. A propósito de estas elecciones, los únicos que tomaron la iniciativa de invitarme, y a quienes les dicté un Taller intensivo sobre la actual coyuntura política, fueron José Luis Pirela y los demás candidatos a diputados y compañeros del Zulia, a quienes les agradezco el gesto y entiendo que quedaron muy satisfechos con la experiencia. También a Margarita López-Maya, mi amiga de hace años, le agradezco la oportunidad que me brindó de asistir a algunos foros y reuniones.
Y no digo estas cosas con remordimiento alguno, pues a fin de cuentas siempre hallaré otras cosas interesantes que hacer, sino para que le quede más claro a los lectores del blog que la disposición de Transformanueca es a intervenir en toda iniciativa coherente con sus propósitos, así como a abstenerse de participar en aquello a lo que no le vea sentido.
Para concluir, las sugerencias de Transformanueca ante estas elecciones parlamentarias, para los lectores venezolanos (¡Ejem!, no olviden que esta es una publicación que circula a escala global, o sea, en todo el globo terráqueo...), pueden resumirse así:
- Antes que nada, la invitación a los lectores es a que voten tan a conciencia, con el conocimiento tan específico de los candidatos y con el menor entubamiento del voto como puedan. Si el candidato nominal que más les inspira confianza es del PSUV, y el de lista es de la Mesa, pues voten por uno y por el otro, pues en algún momento crítico del futuro ese candidato podría jugar un papel decisivo en el parlamento, mientras que el otro, el del Kino electoral a quien no conocen, podría cometer la peor de las pifias. Y bueno sería que pudiesen votar a conciencia por quienes crean que pueden contribuir más a encontrar una salida a esta crisis que padecemos, sin fundamentalismos y sin odios, sino críticamente y con afán constructivo.
- Si no conocen a nadie en el circuito que les inspire suficiente confianza, y/o hay dos o más que se la merecen en igual medida, entonces, si hay la posibilidad de que contribuyan con su voto al triunfo del candidato que no sea del PSUV, entonces Transformanueca les sugiere que voten por ese, pues con ello podrían contribuir a una menor posibilidad de que el gobierno imponga su proyecto de socialismo autoritario a punta de aplanadoras con la mayoría calificada.
- Y si no conocen a nadie que les inspire confianza, y/o hay dos o más que se las inspiren por igual, y hay una clara mayoría, según las encuestas, elecciones anteriores, etc., del PSUV o de la Mesa, con lo cual el voto de ustedes no sería decisivo, entonces la sugerencia es a que voten por el candidato del PPT, abajo y ala izquierda, para contribuir, aunque sea simbólicamente, a la vital despolarización.
Pronto haremos contacto a propósito de la evaluación de los resultados electorales. (Si alguien conoce alguna oración que ayude a elevar la conciencia del pueblo a la hora de elegir soberanamente a sus representantes, estoy dispuesto a considerar su aprendizaje...).