viernes, 28 de agosto de 2009

Nuestras capacidades procesales constructivas

En el artículo anterior, con nuestro afán por presentar nuevos términos y evidenciar la suma importancia que le concedemos a la transformación de capacidades propositivas o de definición de propósitos al inicio de los procesos productivos, culturales o políticos en nuestra América Latina, no llegamos a establecer la secuencia de conjunto que caracterizaría a los procesos tradicionales de vida en el contexto de sociedades sedentarias o con una base agrícola de subsistencia, con divisiones del trabajo mucho más marcadas y lenguajes mucho más especializados. Mientras que la secuencia de los procesos elementales, propia de las sociedades primitivas nómadas, sería algo así como: (Incepción) - Operación - (Finalización), con una sola etapa principal; en las sociedades tradicionales, del tipo encontrado por los conquistadores latinos en nuestros territorios del siglo XVI, tal secuencia se haría más compleja hasta convertirse en una secuencia del tipo: (Incepción) - Propositación - Construcción - Operación - Distribución - (Finalización), con cuatro etapas bien diferenciadas entre los momentos iniciales y finales de los procesos de vida.

La realización de las etapas de construcción y distribución demanda propósitos claros al inicio del proceso social tradicional, pues sólo así la visión del proceso en su conjunto es suficiente para respaldar el despliegue de la energía de los participantes a través de estas etapas más complejas, que suelen ser exigentes, prolongadas en el tiempo y sin que sus resultados se visualicen de la manera inmediata característica de la más simple etapa operativa. En caso contrario, en ausencia de un claro asidero en la etapa de propositación, las actividades constructivas y distributivas tienden a quedar a la deriva, a realizarse a medias o de modo contrahecho, pues los grupos dependen de sus meras intuiciones y anhelos para asegurar la continuidad de los procesos y logra la plena satisfacción de sus necesidades.

Vistas desde otro ángulo, las capacidades procesales constructivas están íntimamente asociadas a las anteriormente examinadas capacidades estructurales territoriales, puesto que cualquier actividad constructiva implica una modificación sustancial y permanente del ambiente y, por tanto, de la posibilidad de aprovechar las ventajas de tal modificación en el tiempo mediante alguna modalidad de propiedad sostenible. En las condiciones de sociedades relativamente homogéneas étnicamente y/o aisladas de otros grupos sociales, estas modalidades de propiedad tiende a ser de tipo colectivo o comunitario, es decir, con los resultados del proceso constructivo: viviendas, caminos, puentes, áreas de cultivo, equipos, herramientas o equipos complejos, etc., compartidos por todo el grupo social.

No obstante, como ha sido el caso predominante en los últimos milenios de historia, en condiciones de heterogeneidad étnica y/o de amenazas o invasiones exógenas, los resultados alcanzados con la etapa de construcción, sobre todo, tienden a caer bajo el control de mecanismos privados de apropiación y posesión que, con el tiempo, sientan las bases para divisiones sociales cada vez más profundas del trabajo y las actividades sociales de toda índole, con marcadas escisiones entre quienes poseen y quienes no poseen tales medios de vida. Con el tiempo, la tendencia ha sido hacia la creación de capacidades estructurales culturales que intentan legitimar las diferencias de propiedad, con lo cual se retroalimenta el proceso y se profundizan más y más las mencionadas divisiones.

A medida en que las capacidades estructurales evolucionan desde el estadio artesanal hacia los estadios técnicos y tecnológicos, como veremos en artículos venideros, las capacidades constructivas se tornan también más y más complejas, hasta el punto en que ya no basta la sola etapa de propositación para soportarlas, sino que se requieren capacidades adicionales de programación o administración, en su siguiente ola evolutiva, y, más adelante, de realización de estudios previos de factibilidad y de planificación o diseño conceptual, que demandan, a su vez y respectivamente, capacidades estructurales más avanzadas mediáticas y educativas.

En nuestra América Latina, con el sinfín de atropellos, deformaciones y transculturaciones sufridas, pero también con nuestra incapacidad para darnos cuenta de sus alcances y superarlas, ya nuestras capacidades procesales constructivas sólo han sido desarrolladas con graves incongruencias y dicotomías, lo que ha conducido a una muy baja eficacia y eficiencia en la ejecución de proyectos sociales complejos. Nuestras visibles limitaciones para resolver de manera contundente nuestros problemas alimentarios, de vivienda y de transporte, por ejemplo, son en gran medida consecuencia de nuestra falta de capacidades procesales constructivas y al menos programativas, por un lado, y estructurales territoriales, mediáticas y educativas, por otro.

Sin embargo, también queremos dejar sentada aquí nuestra apreciación de la importancia de la transformación de capacidades que está teniendo lugar en varias naciones latinoa- mericanas, a menudo luego de una toma previa de conciencia acerca de nuestras limitaciones de recursos
y capacidades, que está llevando a adoptar enfoques cada vez más realistas de ocupación del territorio, de programación y de construcción de obras diversas que están permitiendo, como en los casos brasileño y chileno, sobre todo, un avance lento pero seguro y sostenido hacia la superación de la pobreza y la elevación de la calidad de nuestras vidas. En otros casos, por ejemplo, como el venezolano sobre todo, en donde, como ya lo hemos examinado, persisten demasiadas ilusiones y fantasías acerca del poder del Estado y de los recursos financieros, los problemas no tienden a resolverse sino simplemente a dorarse las píldoras de soluciones aparentes y no basadas en esfuerzos serios de capacitación de nuestros pueblos, validándose aquello de que el que mucho abarca poco aprieta y que de los apuros no va quedando sino el cansancio...

No hay comentarios:

Publicar un comentario